El extranjero, es el enemigo?, és el enemigo en las sociedades más salvajes, se considera enemigo por tipologías morales, religiosas, color, raza, condición, o nacionalidad, etc., el hombre filtrado así se considera diferente, que mientras se integre a ese grupo social que lo acoge es mirado como un sabio, o parte de los del grupo, o de los naturales de ese lugar, nos enfrentamos claramente a un entorno de xenofobia. La violencia con la que hoy se plantea el problema del extranjero está sin duda relacionada con la crisis de las construcciones religiosas y morales, de estas estructuras sociales y económicas actuales, de la demagógia polítiquera.
El nacionalísmo surgido de la revolución burguesa, se convierte en el símbolo riomántico y totalitario de los siglos XIX Y XX.
El nacionalísmo que se opone a las tendencias universalistas, y tiende a perseguir al extranjero, no deja por de contribuir al individualismo particularista e intransigente del hombre moderno.
El extranjero es motivo de distracción, atrae, cautiva, y rechaza a la vez, eso es lo que provoca, el rostro del extranjero ante los nativos, obliga a que aflore a desvelar manifestaciones de odio, recor, afinidad, rechazo, animosidad, etc. ¿PREOCUPACIÓN O ENCANTO? el desafío conduce al extranjero a hacer cosas humillantes, aceptando una culpa que no tiene aunque se remonte a las ideas que existen en su memoria, las invocaciones de las verdaderas causas de su desgracia, pero todos los rechazos, los insultos le dan igual, le son indiferentes, busca sus metas, sus fines, satisfacer sus necesidades más elementales, primarias, aunque su sueño o ensueño sea volvera su amada tierra. El extranjero a perdido a su familia de primer grado, a sucumbido ante las obligaciones con una segunda familia, la actual, por afinidad, busca los recursos para seguir adelante, es una partida necesaria, deja lado su objetivo profesional, su profesión para la cual se dejado muchos años de estudios y se hecha a andar por los caminos de la vida, el placer no existe, y se hace presente el sufrimiento de esa partida insensata hacia lo desconocido. El inmigrante es un personaje desollado, al que se sin ser visto se lo castiga en su piel lastimada por el ardor y dolor irresistible de haber dejado su vida en otra parte, sangra su cuerpo y su alma, y por si fuera poco es humillado por su condición de inmigrante. Esto lo hacen notar personajes sobervios y mediocres de la sociedad de acogida.
El nacionalísmo surgido de la revolución burguesa, se convierte en el símbolo riomántico y totalitario de los siglos XIX Y XX.
El nacionalísmo que se opone a las tendencias universalistas, y tiende a perseguir al extranjero, no deja por de contribuir al individualismo particularista e intransigente del hombre moderno.
El extranjero es motivo de distracción, atrae, cautiva, y rechaza a la vez, eso es lo que provoca, el rostro del extranjero ante los nativos, obliga a que aflore a desvelar manifestaciones de odio, recor, afinidad, rechazo, animosidad, etc. ¿PREOCUPACIÓN O ENCANTO? el desafío conduce al extranjero a hacer cosas humillantes, aceptando una culpa que no tiene aunque se remonte a las ideas que existen en su memoria, las invocaciones de las verdaderas causas de su desgracia, pero todos los rechazos, los insultos le dan igual, le son indiferentes, busca sus metas, sus fines, satisfacer sus necesidades más elementales, primarias, aunque su sueño o ensueño sea volvera su amada tierra. El extranjero a perdido a su familia de primer grado, a sucumbido ante las obligaciones con una segunda familia, la actual, por afinidad, busca los recursos para seguir adelante, es una partida necesaria, deja lado su objetivo profesional, su profesión para la cual se dejado muchos años de estudios y se hecha a andar por los caminos de la vida, el placer no existe, y se hace presente el sufrimiento de esa partida insensata hacia lo desconocido. El inmigrante es un personaje desollado, al que se sin ser visto se lo castiga en su piel lastimada por el ardor y dolor irresistible de haber dejado su vida en otra parte, sangra su cuerpo y su alma, y por si fuera poco es humillado por su condición de inmigrante. Esto lo hacen notar personajes sobervios y mediocres de la sociedad de acogida.